Memoria,  Narrativas

La nueva cacería de Brujas

En este ensayo nos proponemos retomar esta histórica práctica como forma de coacción de las sociedades sobre ciertos grupos humanos

En este ensayo nos proponemos retomar la histórica práctica de la cacería de brujas como forma de coacción de las sociedades sobre ciertos grupos humanos, por lo general minorías, y proponerla como forma arquetípica del ejercicio de la dominación y la violencia vista desde la experiencia de los grupos subordinados en las sociedades lationamericanas contemporáneas.

Esta coacción también presenta como características que busca incluir o adicionar, excluyendo o  aniquilando pro medio de la violencia a los grupos humanos diferentes (por sus particularidades histórico-sociales) viéndose opuestos o enfrentados a los valores que son legítimos y legales para las formas de socialización entre los individuos entre sí, y de estos frente a los estamentos e instituciones de poder formativamente válidas para la población en general.

Desde que aparece el ser humano en el mundo como especie dominante, ha tratado de encontrar el sentido de su relación con la naturaleza, de su presencia en el mundo, de la razón de su existir y se ha encontrado en la búsqueda de su origen partiendo de su propia experiencia en al actividad que realiza al encontrarse con cada amanecer y con la incertidumbre de lo que vendrá con cada anochecer. Lo desconocido es temido y en principio, al menos respetado, adorado cuando no se ve igual a sí mismo (como humano), pero cuando se presenta como fuerza superior y ajena a su voluntad. En el ejercicio de la búsqueda de respuestas aprende a reconocer cuáles elementos le brindan alimento, abrigo, alucinación y conocimiento, peligro  entre otros.

En el diario acontecer la tragedia y al comedia son situaciones reales para el ser humano, proporcionándole experiencias sensibles que alimentan su espíritu y lo impulsan a crear representaciones artísticas de la realidad dando cuenta de ellas y apoderándose de su capacidad interpretativa (ej: El mito); de esto también tratan algunos filósofos[1].  Estas interpretaciones son configuradas por su experiencia, ubicación históricas y por las relaciones sociales; de ahí podemos arriesgarnos a inferir que un ser humano, sea cual sea su sexo, orientación sexual o identidad de género, por ese buscarse y mirarse a sí mismo en el otro o la otra se reconocen como humanos y conceden importancia ya no sólo a lo extraño sino como elemento de vital importancia (sexualidad) para su existencia y supervivencia de sus descendientes, a los valores que surgen como producto de su propia racionalidad.

Los humanos, tanto hoy como los anteriores a estos tiempos nos hemos visto enfrentados a muerte a las fuerzas de lo desconocido y a las múltiples interpretaciones del mundo (y con ello, formas y estilos de vivir en la naturaleza) de sus coespecímenes. Esto nos muestra –arriesgándonos a la duda del determinismo paradójicamente- al naturaleza del comportamiento animal del hombre.

Como nos pueden mostrar los datos de la historia, las razones que prevalecen y se amalgaman al proceso de aprehensión de conocimientos (por ejemplo, el sistema educativo), son las de los vencedores mientras muchas de las otras razones de vida con grados diferentes de conciencia –muchas veces autoprofesados- de quién se es y dónde se está, no pueden ser al menos miradas por nosotros en el presente, pues esa misma Historia nos deja entrever, no a simple vista, que los vencedores se han encargado de detener el proceso de crecimiento y conocimiento de esos otros puntos de vista o puntos de vida, dejándolas así, en el olvido general y han sido desmembradas, repartidas y puestas a la deriva de la contingencia individual de la existencia vital humana[2].

I
ES INOPORTUNA ESTA CANCIÓN?

Ahora…
cuando el soldado se afianza bien el casco a la cabeza,
cuando el arzobispo se endereza la mitra,
cuando el retórico saca de nuevo el cartabón para medir su madrigal;
ahora…
cuando el político y el sociólogo,
el filósofo y el artista
viran hacia la derecha porque parece que va a ganar el tirano,
muchos pensarán que acuñar este poema en español es un mal negocio,
una hazaña sin gloria,
un gesto inoportuno y peligroso.

No sé si será peligroso
Pero no es inoportuno.
¿Es inoportuna esta canción?
“Con estrépitos de músicas vengo,
con cornetas y tambores.
Mis marchas no suenan solo para los victoriosos
Sino para los derrotados y los muertos también.
Todos dicen: es glorioso ganar una batalla.
Pues yo digo que es tan glorioso perderla.
Las batallas se pierden con el mismo espíritu que se ganan.
¡Hurra por los muertos!
Dejadme soplar en las trompas, recio y alegre por ellos.
¡Hurra por los que cayeron,
por los barcos que se hundieron en el mar y por los que perecieron
ahogados!
¡Hurra por los generales que perdieron el combate y por todos los héroes
vencidos!
Los infinitos héroes desconocidos valen tanto como los héroes mas
grandes de la historia.”

¿Quién ha dicho que esta no es la hora?
Si, esta es la hora.
Esta es la hora de transbordar las consignas poéticas eternas;
de trasvasar de un cuenco a otro cuenco las genuinas esencias de los
pueblos;
de llenar las copas de nuestros viejos alfareros
con vinos de otras cepas y de otros lagares,
con vinos del norte y del sur…
La mejor hora para brindar por el hombre de otras canciones y de otras
latitudes, trasladadas a nuestro discurso.
Y ¡que alegría cuando sentimos que estos sumos extraños son nuestros
también,
que nada le viene áspero ni amargo a nuestro paladar!
(¡Que alegría cuando yo averiguo que en mi pentagrama cabe la canción
del cuáquero y del chino, y que el amplio sombrero tejano me sienta tan
bien como el viejo chambergo de Castilla, que es el mismo sombrero con
mas órbita!)
¡Que alegría cuando nos damos cuenta de que los pueblos están tan cerca
unos de otros al través de sus poetas!
¡Que solo la política separa a los hombres:
los cabildos y los consejos!
Un día cuando el hombre sea libre, la política será una canción.
El eje del universo descansa sobre una canción, no sobre la ley.
Cantan las esferas.
¿No habéis oído hablar de la canción de las esferas?
Y ¿Es inoportuna ahora esta canción?.

II

¿Es inoportuno, amigos y poetas americanos y españoles, que yo os
congregue aquí ahora y os traiga conmigo al viejo camarada de Long
Island?
No. Esta es la hora mejor.
Ahora…
cuando avanza el trueno para borrar con trilita la palabra libertad, de
todos los rincones de la tierra,
cuando el hombre ha perdido su airón y su bandera
y todos somos reses marcada entre vallados y alambradas,
quiero yo presentaros a este poeta de cabaña
sin puerta frente al camino abierto,
a este poeta de halo, de callado y de mochila;
ahora…
cuando reculan frente al odio el amor y la fe
quiero yo presentaros con verbo castellano, y en mi vieja manera de
decir,
a este poeta del amor, de la fe y de la rebeldía.
Aquí está. ¡Miradlo!
Se llama Walt.
Así lo nombran
el viento,
los pájaros
y las corrientes de los grandes ríos de su pueblo.
Walt es el diminutivo de Walter (Gualterio en castellano).
Mas bien es la poda del patronímico hasta el monosílabo simple,
onomatopéyico y gutural: Walt.    (….)

WALT WHITMAN

Siguiendo nuestro propósito, escogemos los sacrificios de víctimas liminares de los siglos XII y XIII en la Europa medieval  y los acontecimientos de la persecución brujesca de los siglos XV y XVI también en  Europa  y Norteamérica y en su particularidad en América Latina (cabría incluir dentro de esta a los pueblos indígenas del bajo Norteamérica adoradores del Búfalo que mató por miles aquél Bill, caricaturizado como héroe de historietas para niños de principios del siglo veinte en Estados unidos como héroe de la colonización del “salvaje oeste”); todo ello producto del efecto trópico que generó la religión católica y protestante (en especial los puritanos calvinistas, como por ejemplo los de los hechos de las brujas de Salem)[3].

Esta escogencia es para establecer –aunque parezca ingenuo- comparación entre los hechos mencionados, como tipo de aniquilamiento de unas ideas por otras ideas y las particularidades históricas que encontramos en nuestro contexto  espacio-temporal-cultural, con el fin de establecer –a nuestro criterio- cuáles son las características de la Nueva Cacería de Brujas que nos toca.

¿Qué es una bruja?

Según la definición del diccionario del castellano, una bruja es la mujer que, según la superstición popular, tiene pacto con el diablo.

En esta definición encontramos dos elementos lingüísticos importantes para lo que queremos destacar: La palabra mujer y la expresión superstición popular.

Como es bien sabido, parándonos un momento en la alta edad media europea, la mujer como diferencia, ha sido la mayor afectada por la escogencia de víctimas sacrificiales liminares para la curación de los males de la sociedad y la necesidad de llevar a buen término los destinos de la humanidad (mundo europeo), en reciente crisis desencadenada después de la caída del imperio Romano. La superstición popular nos da muestra del arraigo de la idea negativa que tiene para el prevalecimiento del orden social y el establecimiento de formas “legítimas” de coacción por medio de estrategias de las ideas dominantes sobre la creencia popular.

Desde antes del año mil, la fusión de los elementos  culturales  de llamadas bárbaras con las culturas “occidentales” u ortodoxas se dio entre las esferas más representativas de los descastados, siervos y desposeídos al igual que entre los círculos de los cultos se daba la necesidad de determinar como “inhumanos” a los que presentaban características del paganismo entre sus costumbres (juerga, uso de psicotrópicos, prácticas alternativas como el rito pagano, múltiples mitos y dioses), creyéndose estos “cultos” como los llamados a rescatar lo que se creía digno de rescatar para la gran venida de una nueva época de renacimiento cultural y político. Es por esta razón que por estar presente la multiculturalidad entre los pueblos (costumbres y lenguas diversas), miles de personas pudieron ser catalogadas de  “diabólicos” siendo sometidos al exterminio durante los  siglos posteriores siguiendo con la inquisición, práctica empleada hasta los siglos XV y XVI, extendida a los pueblos americanos que encajaron muy bien en esta concepción.

El conquistador y catequizador fue encomendado con un derecho humano que presupone como causa el derecho divino; concepciones divulgadas a montones por los cultores europeos del medioevo y en el surgimiento del renacimiento, haciendo que “floreciera” la teoría de la conquista con anterioridad a ella. En este aparte se muestra la oposición del dominico español (Alava1486-1546) reconocido como el fundador del derecho internacional y partidario de la guerra justa a estas doctrinas en que condena el aspecto belicoso de la conquista de América :

“en consecuencia, todo dominio que es justo según los hombres, presupone un dominio que es justo según Dios. Como la gracia falta al hombre injusto, o que está en pecado, no tiene propiamente dominio…  Es cierto que el Concilio de Constanza (1415-1416)  condenó esta doctrina; pero no deja de ser interesante que Francisco de Vitoria creyera necesario combatirla de nuevo al tratar de los justos títulos a las Indias, pues pensaba lógicamente que los partidarios de ella podrían afirmar que los bárbaros del nuevo mundo no tenían dominio alguno, porque siempre estaban en pecado mortal”[4]

Por la época de la conquista, la actual Colombia no fue ajena a esta situación y al igual  que en Europa, aquí se hacía frontal condena a los estilos de vida, mitos y creencias de los indios, irrespetando hasta las estructuras políticas de poder que tenían los pueblos indígenas que habitaban estos territorios como por ejemplo la interrupción del proceso de organización que al interior de los Muiscas  se estaba dando entre las divisiones territoriales y de dominio de labores entre los Zipas y los Zaques, degenerando en  las masacres que subsiguieron en un primer momento. Más tarde al entrar al debate el control de este exterminio se cambió el aniquilamiento por el esclavismo aduciendo los principios de “guerra justa” mencionados anteriormente.

No sólo los indios fueron incluidos en esta lógica que se articulaba con la destrucción de íconos de los dioses adorados por estos pueblos (cabe mencionar la destrucción del ídolo de piedra que se talló nuevamente para hacer una cruz católica por orden de los Franciscanos que llegaron a las tierras  de la tribu del cacique Hontibón en la actual Fontibón,  y que fue transformada en el año 1616? por un pedestal -con ese año grabado- con cruz de hierro que aún se ostenta en la casa del colegio parroquial de San Pedro Clavér de la iglesia principal del antiguo pueblo y que irónicamente es llamada “La cruz de los Indios”) sino también se incluyeron a los negros que se trajeron de diferentes etnias africanas por el fuerte de Cartagena, haciendo que se produjera una  mimetización cultural como por ejemplo con sus fiestas y  sus dioses paganos dando origen a la santería originada y aún muy arraigada en las antillas.

Eduardo Galeano, hablando del viaje que pasaron los africanos  hacinados en barcos en que tenían que convivir por meses llegando a las costas americanas tan sólo unos pocos –dando muestra de su gran fortaleza no sólo física sino de espíritu- nos muestra esta realidad:

“los dioses pelones y enamorados que completaron la travesía, tuvieron que disfrazarse de santos blancos, para sobrevivir y ayudar a sobrevivir a los millones de hombres y mujeres violentamente arrancados del África y vendidos por cosas. Ogum, dios del hierro, se hizo pasar por San Jorge  o San Antonio o San Miguel; Shangó, con todos sus truenos y sus fuegos, se convirtió en Santa Bárbara. Obatalá fue Jesucristo y Oshún, la divinidad de las aguas dulces, fue la virgen de la Candelaria… Dioses prohibidos. En las colonias españolas y portuguesas y en todas las demás: en las islas inglesas del Caribe, después de la abolición de la esclavitud se siguió prohibiendo tocar tambores o sonar vientos al modo africano, y se siguió penando con cárcel la simple tenencia de una imagen de cualquier dios africano. Dioses prohibidos porque peligrosamente exaltan las pasiones humanas, y en ellas encarnan.”…

y agrega:

“Friedrich Nietzsche dijo una vez: -Yo solo podría creer en un dios que sepa danzar”[5]

Estas, y muchas otras prácticas reaccionarias  y características de verdaderos enfermos por el terror se siguieron dando apoyadas por la normatividad en la república de algo menos de dos siglos de Colombia, y la historia  real que la gente no conoce se ha seguido repitiendo en cada enfrentamiento entre cazadores y cazados aunque no siempre como presas de la mano de obra (como en la explotación del caucho, la quina, el algodón y demás especies nativas de las selvas Amazónicas, de la costa atlántica y pacífica, de tapón del Darién) regalada a los intereses comerciales de Holandeses, Franceses, Ingleses, Estadounidenses, etc, etc, etc. sino también en grandes cortos revuelcos  muchas veces violentos como revueltas por la prohibición de la Chicha en la colonia hasta los siglos XIX y XX, así como los movimientos de autodefensas como el liderado por Quintín Lame, el asesinato de curas y monjas, antropólogos europeos y comerciantes en las selvas Amazónicas, entre muchos otros que hoy se olvidan, por lo cual se repiten errores con los cuales es más fácil de entender aquella metáfora de las ovejas que le cierran el cerco al lobo para calmar su hambre de libertad de comer del pasto fresco.

¿?

Parece que en el derecho, las leyes y mandatos aplicados sobre la población en general que han sido decretados en Colombia desde los de Simón Bolívar en 1820, con plenos dejos acerca de los diferentes,  hayan cambiado de forma y no de contenido con respecto a su real aplicación. Con el pasar de las diferentes constituciones y reformas para nombrar tan sólo las más significativas como la de 1886 y la Carta de 1991, la experiencia ha demostrado con el desenvolvimiento histórico que se hace necesario dotar de contenido real a las normas dictadas por la ley, ya que, en relación con el cambio de concepto, en muchos campos y derechos colectivos la democracia en Colombia se transformó tan sólo formalmente a partir de la constitución del 91, y hoy se ve de la misma manera que el continente americano -en el que no hay reales democracias que le den libertad al individuo para que se le deje vivir en sociedad-, la norma también es un continente sin contenido.

Las Leyes de vagos, maleantes y rateros (antisociales), las disposiciones de baldíos, de uso de bosques, bienes, resguardos y ejídos, las de civilización de indígenas, maleantes y marihuaneros ya en el siglo XX parecen las reales leyes continentes cuyos contenidos sí son bien demostrables en la actualidad y ya no se aplican sólo desde las instituciones estatales sino también por las instituciones para estatales y para policiales así como las de las milicias de oposición al estado.[6]

La legislación reconoce en el papel la plurietnia, la multiculturalidad y el policlasismo (por las responsabilidades que esto acarrea, en especial esta última) y las prácticas institucionales no se responsabilizan de hacer cumplir este reconocimiento desde los mismo estamentos u órganos de acción directa de Estado ni de la población. Esto nos deja entrever la dificultad que existe entre las normas y su aplicación en la sociedad, particularmente conflictivas en Colombia, también como expresión micro de la dicotomía entre la legislación y la aplicación real del Derecho Internacional a pesar de estar siendo pensado desde sus inicios en las iniciativas de la “Guerra Justa”. Por ello surge esta pregunta: ¿El Derecho y sus estructuras debe regirse por unilaterales intereses, teniendo en cuenta la balanza de la justicia que ostenta?

Las democracias se rigen bajo las disposiciones institucionales que permita el Derecho, es por ello que tiene relación con cómo viven los Colombianos y los que viven en otras partes de forma parecida.

Aunque parezca ingenua esta comparación, la vemos como válida por ser un ejercicio de ver atrás para encontrarnos a nosotros mismos aunque las condiciones con arreglo a valores y a condiciones históricas concretas sean distintas; así como Umberto Eco hace un ejercicio de este tipo estableciendo puntos neurálgicos de comparación entre la oscuridad que produjo la  caída del imperio Romano y la sensación de caos que se ve en la época actual en su ensayo “Hacia una nueva Edad Media”[7], que orientó al presente trabajo no en aporte de  la idea pero sí en el encausamiento de la problemática (no las causas sino en la lógica del sentido que se le busca dar), aquí nos damos a esta tarea siendo similar. Aunque por encontrar en el camino este asidero no quiere decir que se legitime sólo por el hecho de ampararse en los planteamientos de una personalidad reconocida sino porque su validez real radica en que parte de lo que se vive en la vida cotidiana y se alimenta del saber común del ser humano común y está dirigido a sus protagonistas.

El imperio Romano, en los comienzos de su decadencia, no fue socavado por la ética cristiana, se socavó sólo al acoger sincréticamente la cultura alejandrina y los cultos orientales de Mitra y de Astarté, jugueteando con la magia, las nuevas éticas sexuales y diversas esperanzas e imágenes de salvación. El imperio acogió nuevos componentes raciales, eliminó, por la fuerza de las circunstancias, muchas rígidas divisiones de clase, redujo la diferencia entre ciudadanos y no ciudadanos, entre plebeyos y patricios, conservó la división de la riqueza, pero moderó –y no podía hacer  otra cosa- las diferencias entre los roles sociales. También experimentó fenómenos de rápida acumulación, colocó en el gobierno a hombres que pertenecían a razas que doscientos años antes habrían sido consideradas inferiores, y desdogmatizó muchas teologías…

(Floro Tunumbalá en la gobernación del Cauca en el 2000, indígena guambiano

“… Durante el mismo período, el gobierno adoró los dioses clásicos, los soldados a Mitra y los esclavos a Jesús. Por instinto se perseguía la fe que, a la larga, parecía más letal para el sistema, pero, en general, una gran tolerancia represiva permitía aceptarlo todo.[8]

Pensemos en los hijos de la T.V. como suele llamarse a las generaciones posteriores a la década del cincuenta, que en Colombia ha tenido un desarrollo limitado y coherente con el proceso de industrialización a través de la rehabituación del artesanado en el arte del “hechizo”, por ejemplo el uso de herramientas con un claro sabor Colombiano desencadenado desde la gran crisis económica de 1929. A esta generación que agrupa a los adultos con los que niños, niñas y jóvenes hoy interactuamos le tocó una posguerra mundial con íconos difíciles de imitar, situación que en nuestros países no producjo un desencanto menor. Hemos fusionado comportamientos y valores propios con los foráneos, regresando a un interés por lo tradicional –punto de encuentro con la identidad y la soberanía, ideas que se han ido encausando con el accionar político de las juventudes gracias más que todo a  lo acontecido desde Mayo del 1954 en Colombia y Mayo de 1968 en la Sorbona y bien o mal, también gracias a las revoluciones comunistas y guerrilleras del mundo y América Latina –  generando un rompimiento en la normalidad y el orden y una génesis de la conciencia libertaria, movimiento en el que muchos nos hemos convertido en caminantes herrantes y errantes (pero eso también está bien) de la vida; se imponen nuevas formas de vivir a un paso aceleradísimo y también se practican nuevas formas de vivir a partir del rompimiento con la familia de un@ con revolución sexual y la cada vez más masiva tendencia a la unión libre, y se busca el refugio del campo tal vez por la desconfianza al rompimiento de las relaciones primarias en la urbe que une físicamente pero agrupa como masas de individualidades en el anonimato. Tampoco somos del todo hippies (puede ser que seamos hijos de los hippies pero no se nos puede encasillar en una tendencia o moda determinada; somos una mezcolanza de todo y más propios que foráneos->esa es nuestra diferencia y tal vez por eso nos parezcamos un poco a los de la crisis medieval. Claro está: Eco no es Colombiano)

Se ve la psicodelia del ácido y la del hongo, se ve el de la cerveza con la mariguana, los tataranietos raizales de la santería escuchan Bob Marley y se apegan a la Salsa (canto de la urbe con un aire melancólico por el idilio campesino perdido por la migración cantante a las grandes urbes del mundo, sea Cali la capital del cielo o Nueva York la autodemoninada capital del mundo) y además y también lo escuchan los que descienden de otro lado pero cercano. L@s que no se drogan pero viven de manera parecida, se ven los místicos y los escépticos, y los que quieren saber cultivar las habas, el maíz y la quinua y también aprenden a tejer y muchos otros más que también son mezcolanza, se ven nuevas formas de arte como es el arte paradójico.

“Por estos anchos territorios dominados por la <<insecuritas>> vagan bandas de marginados, místicos o aventureros. Al lado de los estudiantes que, en la crisis general de las universidades y gracias a becas completamente incoherentes, se vuelven itinerantes y recurren sólo a profesores no sedentarios rechazando sus propios <<instructores naturales>>, tenemos bandas de hippies –verdaderas órdenes mendicantes- que viven de la caridad pública en su búsqueda de una mística felicidad (entre droga y gracia divina no hay demasiada diferencia, incluso varias religiones no cristianas atisban entre los pliegues de la felicidad química). La poblaciones locales no los aceptan y los persiguen…..”[9]

En junio del año 2000, un grupo de un@s estudiantes de la Universidad Nacional se dirigía de paseo hacia la costa pacífica colombiana y, en el camino, cuando pasaban por la población de Puerto Colombia en los límites entre Boyacá y Antioquia fueron abordados por personal armado y con uniforme que se identificó como perteneciente a grupos paramilitares o de llamadas autodefensas. Fue allí donde fueron conducidos por estos hombres a una casa cercana al pueblo después de habérseles encontrado mariguana en las maletas de algunas de las paseantes que correspondían a la denominación, si miramos jurídicamente, de dosis personales para el paseo. Tuvieron que quedar semidesnudos hombres y mujeres y fueron intimidados  con armas. No se sabe por qué fueron dejados en libertad luego de permanecer algún tiempo en esta situación que rayaba la tortura. Paradojicamente la fiesta de sangre se conjuró alternativamente con un mareado y soporífero tributo de collares artesanales que los paseantes llevaban para vender en los pueblos por los que pasarían, añorando los tiempos pasados del rio La Miel en su enteógena descontextualización histórica y geopolítica (estando en el lugar y momeno menos indicado). Fue un golpe de suerte, porque por lo que es sabido por las “bolas de la gente” o “por radio bemba” por lo general se arremete o asesina a gente que se asemeje con ese arquetipo de persona indeseable que incomoda a la “gente de bien”.

A principios de ese mismo año, un grupo de unos sesenta hinchas de Millonarios fueron obligados a detener los dos buses en los que viajaban a ver un partido –considerado de alto riesgo por las autoridades por los enfrentamientos entre “barras bravas”- frente al Nacional, en la carretera que de Bogotá conduce a Medellín por un grupo de hombres armados (con testimonios encontrados entre los hinchas frente a su filiación). Dos hinchas fueron secuestrados temporalmente y devueltos después que se hubiera pagado rescate de doscientos mil pesos por cada uno, por haber tenido muchos de los hinchas un uso del lenguaje identificado por el grupo armado como antisocial, de drogos, y por tener el cabello largo, según testimonio de los mismos hinchas. 

Las ideologías dominantes se han apoderado de la legitimidad que le concede la población en general al poder que también se manifiesta a través de los medios masivos de comunicación y por eso muchos en la urbe acuden a las paredes a contar su cuento, a denunciar y a ponerse en evidencia clandestina.

Se ve manejo de puntos de vista desde los dramatizados al igual que en los órganos informativos(noticieros), dando pautas de comportamientos, de gustos, a la estética, creándose periferias culturales que se manejan con la lógica de que lo que no digan y muestren los medios no existe.

La clandestinidad se ve como salida al miedo que se tiene de la inquisición moderna de las represivas acciones de los del lado de las armas contundentes que deja en estado de letargo al que se decide por lo cómodo.

Los diferentes son quemados poco a poco como los indígenas del Amazonas, de la bota caucana o las comunidades afro de las costas de Nariño. Ven cerrado el cerco cada vez más sobre sus comunidades y sus culturas a los ojos del mismo Estado centralizado en políticas internacionales y descentralizado en corporaciones nacionales, promulgando un poder de elección  entre el “desarrollo”, la muerte o el “atraso”, el desplazamiento y el desarraigo, dándole un matiz valorativo de entrada al momento del contacto con el indígena y en la elaboración de propuestas y proyectos institucionales.

La alimentación del cuerpo y la mente generalizada pueden marcar la diferencia en el tipo de renacimiento que se dé, que puede tomar caminos diversos en cuanto al renacimiento de qué, o una etapa que se supere repitiendo algunas constantes que se han dado en la historia del olvido.

Este ensayo tan sólo es una visión del mundo en que vivimos y seguramente tendrá dejos o algunas interpretaciones que podrán ser sometidas a críticas contundentes. El carácter de objetividad no es el objetivo principal de la elaboración del trabajo pero busca basarse en hechos reales., leídos de testigos legitimados, vividos o escuchados de fuentes fidedignas.

Así como se ha tratado aquí, de establecer concordancias en unas situaciones que podrían caber dentro de coyuntura, existen muchas diferencias entre los terrenos actuales y esos terrenos lejanos que se tratan aquí; también es cierto que una vez llegando a su conclusión (terminación) preliminar, no cabe llamarlo conclusión porque no lleva las síntesis esperadas o propuestas concretas que cabrían si se lograra en totalidad un estudio tan ambicioso como el que se pretendió exponer desde un principio generando seguramente falsas expectativas. El lenguaje que aquí se emplea y la estructura están dirigid@s a una comunidad académica especializada y por ello esto entra en contradicción con lo que se dijo sobre a quién se dirige el mensaje y la validez del ejercicio que se está haciendo. Es tan cierto como que esto se está haciendo desde un computador aunque “clon” con windows 98 y conexión a internet, desde una casa de supuesta llamada pequeña burguesía en decadencia por la actuales situaciónes de las cosas (entre ellas la económica) pero igual cabe decirlo para que conserve el carácter de real en la medida de lo posible. Mucha mierda, mucha valoración y mucha vanidad puede estar detrás de este teclado en español, pero esto también entra en la identificación de lo subjetivo.


[1] NIETZSCHE, Federico. “Humano Demasiado Humano”. Origen de la tragedia y la comedia.

[2] WHITMAN, Walt. “Canto a mí mismo”. Esto puede ejemplificar

[3] Acerca del efecto trópico (cambio de situación, de imagen) cabe decir que la iglesia, ejerciendo poder político, se encargaba de coaccionar las prácticas paganas y condicionar así a la sociedad entera a su exterminio, dando una resignificación de la palabra bruja, su simbología ya no es de líder curadora, sabia sino más bien ahora se le mostraba como símbolo de maldad o pacto con el demonio en oposición a la creencia religiosa.

[4] ZAVALA, Silvio. “Por la senda hispana de la libertad”. México, Fondo de Cultura Económica. 1993. P.20

[5] Eduardo Galeano. “Cinco siglos de prohibición del arcoiris en el cielo americano”. Artículo publicado en http://www.patriagrande.org.

[6] Fuente: BALCAZAR PARDO, Marino. “Disposiciones sobre Indígenas Baldíos y estados antisociales”Primera Edición. 1954.

[7] ECO, Humberto. “La Estrategia de la Ilusión”. 19??

[8] El mismo. “Hacia una nueva Edad Media”->proyecto alternativo de Edad Media.

[9] “…Pedido el propio decoro y orgullo personales, emerge la semblanza del desarrapado, la decadencia en el lenguaje y las prácticas lumpescas. Basta agruparse y ya se tiene el gheto, el resentimiento y hasta la agresividad delincuencial. Es el producto inevitable de la muy indigente concepción de universidad para los pobres sinónimo de universidad-tugurio, que nada tiene que ver con la auténtica Universidad Nacional…”Relatorías de las reuniones de profesores  de la Universidad Nacional de Colombia a propósito del cierre por un año del campus universitario en 1984.

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Author: luismsanchez

Bogotá, Colombia. Sentipensante, defensor de Derechos Humanos, voluntario en acciones humanitarias y promotor de alternativas al desarrollo y la cultura libre y autodidacta de las ciencias de la información. Sociólogo, co-fundador de ReDHumus.org, especialista en acción sin daño y construcción de paz. En Twitter y Twister: @kublaykan Usuario OpenStreetMaps: OMNIBUS https://prezi.com/user/dfnlg-nzpzew/ http://huacadeltiempo.wordpress.com http://clickers.micromappers.org/account/redhumus/ Mi traza digital: https://www.google.co.in/search?client=ubuntu&channel=fs&q=luis+miguel+sanchez+zoque&ie=utf-8&oe=utf-8&gfe_rd=cr&ei=2J-XVuDQFYqxogPe3LTQBA Mapillary user: omnibus OSM User: OMNIBUS
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